La mañana estaba
frìa, pero el pequeño grupo no se
amilanò por ello. Los anfitriones: Hugo, Martín y Jorge habìan convocado para
una salida de avistaje a la Laguna de Rocha y
otros tres pajaròlogos habìan
respondido a la convocatoria pese al inhòspito clima: Dante, Claudia y Tito (
no Narosky).
Llegando
al lugar donde comenzarìa el recorrido dejaron los vehículos y se dispusieron a
gozar de otro dìa en contacto con la naturaleza.
En
ese momento Hugo comentò que su esperanza y deseo era incorporar al federal
(ave emblemàtica de los pastizales, si las hay). Claudia
respondiò como lo hace habitualmente: - Hay que llamarla con la mente y
va a aparecer.
Al
llegar a la laguna un tachurì siete colores colmò las expectativas de Claudia
quien ya venìa pensando desde hace un tiempo que la existencia de ese singular
pajarito era un mito y que la calificación IV de frecuencia es de èpocas pasadas y nunca fue revisada. Tan
enfrascada estaba observando su tachurì
que se perdiò la gran alegrìa de los
anfitriones, especialmente de Hugo, que desde
el borde de los juncos divisò…..un federal, el
ave tan esperada.
Seguramente Hugo no
hubiera gritado con la misma alegrìa un gol ante Alemania. El federal volò luego sobre los juncos y se
perdió a lo lejos, permitiendo que lo observaran los demàs pajaròlogos (menos
Claudia que seguìa con su siete colores), pero no que lo fotografiaran.
Seguramente el deseado pàjaro volaba inconsciente de la alegrìa que habìa
provocado en el grupo y de que se convertìa en un nuevo registro para la laguna
(el segundo del dìa).
Volviendo
a la zona del tachurì Tito observò
fugazmente un ave acuàtica que no pudo identificar, ave que volverìa a aparecer luego convirtièndose en el tercer
nuevo registro: un macà de pico grueso. Pero
eso no serìa todo.
Casi estàba por finalizar
la recorrida. El grupo caminàba por el
pastizal mixturado con plantas de soja seca, muestra palpable de la falta de
valoración de lo natural que algunos humanos ostentan, cuando de pronto alguien advierte a lo lejos
la presencia de otra garza blanca ( se habìan observado una garza y una garcita
en la orilla de la laguna). El ave
parecìa hacer enèrgicos movimientos con su largo cogote. Inmediatamente todo el grupo mirò para el
lugar señalado y fueron afirmando uno a uno la
presencia de la garza. No sòlo
eso, comenzaron a preguntarse què estarìa comiendo con tanto esfuerzo e imaginarse distintos manjares que
conformarìan su banquete ese mediodìa.
Pero..,…
- Un momento, tiene algo enganchado en el pico… y tironea…………
-
No… otra vez…. ( Claudia y Tito,
inevitablemente, recordaron el episodio del hocò de Ciudad Universitaria y
pensaron cuàl de todos esos chicos que en ese momento recorrìan el lugar
ostentando sus gomeras serìa el rescatista de turno).
-
No, esta vez no
serìa necesario un rescatista. Los seis
pajaròlogos sintieron al
momento la necesidad de convertirse en
superhéroes (o algo asì) y respondieron a
su impulso de “salvar a la garza”.
Todos comenzaron a caminar ràpidamente
hacia ese lugar parando cada tanto para observar con los binoculares
como seguìa la cosa. La marcha se
tornaba dificultosa en el pastizal y el lugar no estaba tan cerca. Los màs
adelantados comenzaron a divisar mejor la escena….. entonces apareciò el cuarto primer registro del dìa para la
Laguna de Rocha y el primero para la ciencia. Una nueva especie que el lugar aportaba a la lista de las aves
de la argentina, quizà un poco tarde para que se la incluya en el nuevo libro de Tito ( Narosky, por supuesto)
pròximo a salir, pero sì para otra actualizaciòn futura: la garza nylon blanco
( Egretta nylonus albus rochensis). Esta especie ya habìa sido vista por Claudia y
Miguel en San Vicente, pero sin registro fotogràfico ni escrito, por eso no se
computa como vàlida. Ilusiones que producen
bolsas de nylon enganchadas en pastos altos y movidas por el viento, unido a la
imaginación de los pajaròlogos que, cuando quieren ver algún ave, es seguro que
la ven.Probablemente esta “garza” no llegue nunca al libro de Tito pero se convirtió en el sujeto de esta risueña anècdota que matizò con humor la primera salida oficial del nuevo COA Laguna de Rocha.
Al
finalizar la recorrida el auto de Martín
se resistìa a dejar tan hermoso lugar, como invitàndonos a quedarnos un
poco màs. Sòlo la intervención de Dante pudo poner las cosas en su lugar,
sumado a la generosidad de una vecina que prestò la herramienta adecuada.
Los
relatores queremos aprovechar para
agradecer a los anfitriones por su cordialidad
y el grato momento que nos hicieron pasar y a Dante por cargar su pesado telescopio para que todos
podamos disfrutar de las aves, que esa mañana habìan decidido estar muy
lejanas, ¿ quizà por la presencia de algunos… depredadores?.
C y T
Laguna de Rocha
Julio de 2010
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